Compendium ad inquisitio - III
[ Me resulta difícil hablar con libertad, no creo que sea mala persona en modo alguno, pero es evidente que se guardaba juiciosamente de mostrar su verdadera naturaleza. Cuando se unió a la compañía como Medico, cargado de libros y con aquellos anteojos de vidrio no me imagine nada, aunque nuestro capitán intuyo que sí.
Yo en aquellos días era el explorador, y por tanto hable en pocas ocasiones con él y si te digo la verdad me parecía un hombre de ciencia, culto y refinado. Nunca hubiera pensado que una persona tan admirada y reconocida pudiera esconder tanta blasfemia y herejía en su interior. Pero por lo que tengo entendido, el viejo Gunther sospecho desde el principio. Fue un hombre muy piadoso ¿sabe?... Ya ha pasado más de medio año desde que los pocos que pudimos salir vivos de aquel infierno nos viéramos por última vez. Ese día lo presencie todo. No fue capaz de mantener oculto su “poder”.
Cuando me pude recobrar, inexplicablemente me encontraba con vida. No me preocupé en saber de él, habrá huido al norte si le queda un ápice de sensatez.
El me salvó la vida… ]
Interrogatorio a un Soldado presente en
la masacre de “los Eslabones de Steinmühler”.
Dictamen: perseguir e informar de inmediato sobre Andreas Kole,
probado alquimista y hereje.
Fr. Victor Ursinus, Inquisitor.
Jefe de los Enanos del Norte
Si por algo son famosos los enanos de las inhóspitas y heladas montañas del Norte, es por su bravura y ferocidad en el combate, ansiosos por conseguir la gloria del campo de batalla.
Entre las gélidas costas y los escarpados desfiladeros del norte, encontrar la muerte es tarea sencilla, bestias y otras criaturas de pesadilla acechan en la bruma o en la larga oscuridad del invierno.
El culto de Dwalnir está muy extendido entre estos enanos, y parece que el temperamento de este dios furioso e irreflexivo forma parte de la esencia del Norte.
En las partidas de guerra, el jefe enano guía y lidera a sus tropas desde la primera fila y muy a menudo es el primero en lanzarse contra el enemigo. Blandiendo hachas y martillos forjados de runas mágicas de arcano poder.
Fanático de Dwalnir
Estos enanos norteños imitan las enseñanzas del dios Dwalnir, el más terrible y furioso de entre los primeros padres.
Según un relato, Dwalnir ávido de probar su maestría en la lucha se dispuso a dar muerte al más grande y poderoso de los antiguos dragones, y tras conseguir su mítica hacha “Jarnevinn” logró dar muerte a la bestia. Devoró su corazón y obtuvo el poder de la criatura, aunque a causa de ello se quedó prácticamente ciego. Entonces se retiró a perseguir a las imperecederas bestias de las entrañas de la tierra.
El estilo de lucha de los fanáticos de Dwalnir es muy peculiar, desprecian casi por absoluto la protección de la armadura en pos de una mayor agilidad, rapidez y precisión. Prueban su valor y destreza dando caza a monstruos, muchas veces con los ojos vendados, guiándose casi en exclusiva por el sonido.
Ingeniero del clan Möllekyn
El Clan Möllekyn es un clan no muy numeroso, sus miembros a menudo son nómadas algunos están autoexiliados en lugares recónditos.
Apasionados por los inventos y la tecnología, se suelen ganar la vida como exploradores, cerveceros, mineros o constructores, pues son ingeniosos y sorprendentemente atrevidos, incluso temerarios.
Los ingenieros Möllekyn se cuentan entre los más temerarios, tomados por locos e irracionales, experimentando siempre con aparatos peligrosamente inseguros y letales.
Con un marcado gusto por la tecnología, sea cual sea su tipo o procedencia, y esta forma de vida choca con algunas importantes tradiciones enanas, por lo que no están muy bien considerados fuera del clan.
Sin embargo es su apariencia lo que más los diferencia de los demás clanes, con sus excéntricos bigotes y barbas, pendientes en oídos y otras inserciones más inusuales en la piel, o el uso de extrañas lentes.